domingo, 1 de noviembre de 2009

EL GIMNÁSTICO TOCA FONDO

Pierde 0-2 en casa ante Villarrobledo y se hunde como colista.
Dolorosa derrota la que sufrió el Gimnástico en casa ante Villarrobledo en la Jornada 11. Dolorosa porque ya es la quinta derrota que sufre en los once partidos jugados, y porque se produjo ante un rival directo como el equipo albaceteño, que llegaba a Alcázar como penúltimo en la tabla con sólo un punto más que los de Félix Monreal, ahora, más colistas que nunca. El conjunto alcazareño se queda, por segunda semana consecutiva, como farolillo rojo de la competición, con 7 escasos puntos de 33 disputados, a 4 puntos de los otros dos equipos en zona de descenso: Quintanar del Rey, penúltimo, y Villarrobledo, que sube al antepenúltimo puesto. Una complicada situación, acentuada tras este partido perdido del Gimnástico frente a un rival directo. Se disputó en casa, pero ni con el apoyo del público, gran parte resignado con esta delicada situación, ni con la entrega y coraje que está demostrando la plantilla, se pudo sacar un resultado positivo. Solo valía ganar, o al menos empatar. Pero se perdió. Y se perdió porque el Villarrobledo se plantó muy bien en el campo, y enseguida logró su primer gol. No de forma directa, eso sí. Fue un jugador del Gimnástico, Jose Mari, quien en el minuto 9, al querer despejar un centro del visitante Castillo, tuvo la mala fortuna de meterse gol en propia puerta pillando a Pazos a media salida. Un jarro de agua fría para los de Alcázar que con este desafortunado 0-1 se mostraron más nerviosos de lo que ya de por sí estaban, cometiendo imprecisiones y pérdidas de balón que acabarían desencadenando en el segundo gol villarrobledense. Fue en el minuto 33 por medio de Carlos Ortega, quien se llevó un balón franco para plantarse ante Pazos, fusilarle y poner el 0-2, a la postre definitivo. Con ese marcador, el Villarrobledo empezó a sentirse cómodo en el juego y a dominar, aunque el Gimnástico no bajó los brazos, todo lo contrario, se echó arriba y empezó a crear ocasiones de peligro. Primero con un remate de Jesús Gómez que se estrelló en el larguero antes de finalizar la primera parte, y después con dos claras ocasiones que partieron de las botas de Jose Luis nada más comenzar la segunda mitad. Por un lado, un posible penalti no señalizado por el árbitro tras un centro suyo al área que un jugador visitante interceptó con la mano, y por otro lado, un remate fallido tras quedarse sólo ante el portero. Fueron los momentos en los que el Gimnástico estuvo más cerca de remontar. Pero conforme pasaban los minutos, los de Félix Monreal fueron perdiendo ímpetu y, aunque lo intentaron y se volcaron en ataque, carecieron de recursos e ideas para darle la vuelta al marcador. El Villarrobledo se contentó con mantener el resultado y conseguir su segundo triunfo, escapando en la tabla de un Gimnástico que ha tocado fondo.

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